Incluso en un cosmos que contiene 100 mil millones de galaxias o más, una de ellas tiene que ser la más brillante, y los astrónomos pueden haber encontrado a la ganadora.
La galaxia recién identificada, WISE J224607.57-052635.0, se esconde en el mismo borde del universo visible, y brilla con tanta luz como la de más de 300 billones de estrellas similares al Sol.
La luz de las estrellas no causa la mayor parte de la luminosidad de esta galaxia lejana. En cambio, es casi seguro que la luz proviene de un “quásar monstruo”, dice el co-descubridor Peter Eisenhardt, astrónomo del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. Desde la Tierra, un quásar puede verse como una estrella, pero en realidad es un gigantesco agujero negro que se encuentra en el núcleo de una galaxia y succiona el gas tan vorazmente que el material se calienta a millones de grados, creando algo así como un faro que se puede ver desde el otro lado el universo.
El quásar en la galaxia recién descubierta pesa 10 mil millones de veces lo que pesa la masa del Sol, informan investigadores en la edición de junio de la revista Astrophysical Journal.
Misterios del monstruo
La luz del quásar gigante y todo lo demás en la galaxia comenzó un viaje a la Tierra hace unos 12,500 millones de años, un poco más de mil millones de años después del Big Bang. Los astrónomos no saben cómo un agujero negro pudo crecer tanto y tan rápidamente. Y ésta no es la primera vez que han quedado perplejos por un gigante de esta naturaleza: Un agujero negro más grande y más antiguo fue identificado hace apenas unos meses.
“Es parte del rompecabezas general que estamos empezando a ver, de masas de hoyos negros que parecen ser demasiado grandes demasiado pronto”, señala Eisenhardt. “Éste parece ser otro caso”.
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