Hay plantas que son tan hermosas que no parecen que fueran de este mundo y algunas de ellas son tan antiguos que técnicamente no lo son. Así es este ginko, una especie de árbol nativa de China, que lleva 1,400 años en esta Tierra y que adorna con una alfombra dorada el templo budista de Gu Guanyin.
Año con año, la vista de este árbol con sus hojas caídas fascina a cientos de personas que visitan el templo específicamente para no perderse del paisaje tan único que este árbol les obsequia.
Uno de los aspectos más increíbles del ginko es que se trata de un árbol que básicamente no ha cambiado en más de 200 millones de años. Sí es un árbol de otro mundo, de cuando los dinosaurios habitaban la Tierra.
Y aunque este árbol, sembrado por el mismo Emperador Li Shimin de la dinastían Tang, en específico no es el más antiguo del que se tiene registro, sí es uno que parece salido de una historia de fantasía. Y considerando su edad, seguramente es así.
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