lunes, 6 de noviembre de 2017

Hemos creado una burbuja protectora alrededor de la Tierra sin querer

Un escudo en el espacio completamente artificial, completamente humano 
A todos los habitantes del mundo nos protege una burbuja artificial que se ha creado accidentalmente alrededor de la Tierra. Dos sondas de la NASA, orbitando nuestro planeta, avistaron un escudo adicional que antes no estaba, como si se hubiera envuelto el mundo entero con uno de esos plásticos de burbujas que vienen con los paquetes.

Se trata del resultado de una alianza a la que estamos poco acostumbrados. De una interacción entre tecnología y naturaleza, en la que las comunicaciones de radio que vienen del suelo se topan con las partículas de radiación de alta energía en el espacio, se ha formado una barrera extra que frena las peligrosas llamaradas solares o las descargas ardientes de plasma contra nuestro planeta.

En 2012, en una misión robótica en la que se quería investigar los Cinturones de Van Allen, los científicos vieron por primera vez esa burbuja. Las naves que pululaban cerca de los Cinturones, esos dos anillos de partículas energéticas altamente cargadas que rodean la Tierra y que la golpearían con toda su fuerza si no existiera la magnetosfera, vieron que había otro refuerzo.
Cinco años más tarde, se ha podido profundizar lo suficiente para arrojar luz sobre los datos que se recogieron en un estudio. Según explica The Atlantic, algunas de las ondas de muy baja frecuencia -que por ejemplo se usan cuando los seres humanos establecen conexión con los submarinos-, se elevan hasta más allá de la atmósfera terrestre y se relacionan con las partículas espaciales para originar esa capa protectora adicional. Se ha apreciado que el borde exterior de esta burbuja artificial inesperada prácticamente está rozando el borde interno de los Cinturones de Van Allen, y que además está empujando sus partículas radiactivas.

Comparando las imágenes de satélite actuales con las de los años 60, época en la que había muchas menos comunicaciones mediante estas ondas, el borde interior de los anillos se hallaba más cerca de la Tierra.

Los humanos hemos originado una defensa contra el universo hostil sin siquiera pretenderlo.

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