“Pew Research poll” realizó una encuesta bastante reveladora: el 25% de los estadounidenses creen que después de morir, las almas reencarnan para vivir de nuevo. Tal parece que la creencia de que, la esencia individual de las personas, es decir, mente, alma, conciencia o energía, adoptan un cuerpo material más de una vez, está ampliamente aceptada por una gran cantidad de personas.
Algunos piensan que la reencarnación sucede en cualquier criatura viviente, y cuanto mejor se haya comportado alguien en una vida, mejor criatura le tocará en la siguiente.
Si tú estás en ese porcentaje mundial de personas que creen en la reencarnación (o no), tenemos 7 signos para que descubras si ya has reencarnado varias veces. ¡Averigua si esta no es tu primera vida!
1. Tus sueños se repiten, una y otra vez.
Los sueños reflejan la mente inconsciente, y los sueños recurrentes no siempre son un síntoma de algún trauma, también pueden mostrar imágenes de tus vidas pasadas. Varias personas han afirmado que experimentaron acontecimientos muy específicos, que vieron a personas determinadas, o que han tenido consciencia de lugares totalmente ajenos a su vida real, pero que de alguna manera los identifican.
2. Tienes un fuerte instinto.
La intuición es la capacidad de conectar la mente consciente con la inconsciente para obtener la sabiduría necesaria y poder resolver alguna situación específica. Es algo que todos tenemos, esa voz interna que nos habla, a veces nos grita, y que muchos le hacemos caso con más frecuencia que otros. Pero, en ocasiones, esta fuerza sobrepasa lo natural y roza los terrenos de un vidente.
3. El intrigante Déjà vu.
El término es francés y significa, literalmente, “ya visto”. Es como tener una abrumadora sensación de familiaridad con algo de lo que no estás familiarizado en absoluto. Una extraña sensación de haber experimentado con anterioridad algún momento, algún evento, algún lugar, alguna persona. Algunos lo atribuyen a una disonancia neurológica, otros afirman que refleja las posibilidades de otras dimensiones. Otro más, creen que revela un poco más de las vidas pasadas que esa persona ha tenido.
4. Precognición.
La precognición es un tipo de “Visión del Futuro”, donde conoces y te llega información de los eventos que todavía no han sucedido, y te llegan en forma de visiones, sentimientos, y/o sensaciones. No está del todo claro por qué puede suceder. Tal vez exista una especie de conciencia colectiva formada por los pensamientos de todas las personas que fluye más fácilmente a través de aquellos que ya han reencarnado. Pero no podemos afirmar nada.
5. No perteneces a este mundo, ni a esta época.
Sientes incomodidad, molestia con todo el mundo que te rodea, y te rodea un fuerte anhelo por encontrar tu verdadero hogar, tu propio tiempo. Esto puede ser resultado de un llamado, ese lugar místico donde todas las almas confluyen, porque se dice que las “esencias” que ya cumplieron con su misión y su ciclo, sienten una necesidad básica por regresar a su casa.
6. Una fuerte conexión emocional con culturas específicas o períodos de la historia.
Digamos que naciste en 1990, pero que no te pierdes ninguna película, libro, o cualquier cosa, de los años 20’s. Quizás naciste en Bogotá, pero te sientes en casa cuando visitas Lisboa. Sientes un fuerte apego por otro lugar y otra época que no tiene explicación lógica. Es una señal clara de tener un fuerte interés en diferentes períodos de tiempo y culturas, debido a que alguna de tus vidas pasadas aconteció en esos lugares y en esas épocas.
7. Miedos y fobias inexplicables.
Por ejemplo, es posible que en tu infancia hayas tenido una terrible experiencia en un río, en el mar o una alberca, pero no lo recuerdas. Nuestro cerebro puede bloquear recuerdos traumáticos, como un mecanismo de supervivencia. Por otro lado, una fobia puede existir sin ningún contexto aparente. Esto es algo que ocurre de manera natural.
Sin embargo, experimentar un miedo extraño, a las arañas, a los cuchillos, a las armas, sin haber tenido experiencia negativa alguna con cualquiera de ellos, es posible que sean resultado de recordar la muerte o algún trauma terrible de alguna vida pasada.