¿Qué hace la mujer de la imagen con el móvil? Está usando SkinVision, una app que vigila manchas de la piel o lunares sospechosos. El usuario se hace una foto de la zona que elija, la sube a la aplicación y esta la analiza y avisa del nivel de riesgo de padecer un melanoma.
Es un buen ejemplo de las nuevas técnicas de detección del cáncer, quizá la enfermedad más temida: según la Sociedad Española de Oncología Médica, en nuestro país se detectaron cerca de 230.000 casos en 2017, y se prevé que la cifra aumente a unos 315.000 para el año 2035.
¡Te pillé, maldito!
Uno de los métodos más prometedores de detección temprana del cáncer es la biopsia líquida. Son muchos los científicos que trabajan con este análisis de sangre más sofisticado que el común, ya que implica un proceso de secuenciación del genoma que permite hallar restos tumorales en el ADN circulante. Estos rastros o marcadores son las mutaciones genéticas que indican que en alguna parte del organismo hay células malas haciendo de las suyas.
Y se están haciendo progresos. El patólogo chino Dennis Lo ha probado con éxito el método en la detección precoz de tumores nasofaríngeos cuando los pacientes aún no presentan síntomas. Y el pasado enero, un equipo internacional de investigadores anunció en Science una nueva técnica de biopsia líquida que detecta ocho tipos de cáncer muy comunes: de ovarios, de hígado, de estómago, de páncreas, de esófago, colorrectal, de pulmón y de mama. Este test experimental, llamado CancerSEEK, se hizo a 1.005 pacientes a los que ya se les había diagnosticado la enfermedad (en fase no metastásica) por otros medios, y funcionó en el 70 % de los casos.
Microondas chivatas
Existen otros métodos de detección sorprendentes para el profano. Por ejemplo, las microondas. Una iniciativa conjunta de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y el Hospital Clínico de Barcelona pretende usarlas para prevenir y diagnosticar el cáncer colorrectal, el tumor maligno de mayor incidencia en España, con más de 40.000 nuevos casos anuales, según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer.
El proyecto se llama MiWEndo y lo lidera Marta Guardiola, joven investigadora de la UPF. Desarrolla antenas de microondas que pueden acoplarse a los endoscopios –los aparatos en forma de tubo usados en las colonoscopias– y permiten detectar con mayor precisión los pólipos y los tumores del colon. Cuando un paciente se somete a una colonoscopia, los médicos se encuentran con un problema: el intestino está lleno de pliegues y no cesa de moverse, así que es habitual que las lesiones pasen desapercibidas. Además, el examen resulta largo y puede ser doloroso, y los endoscopios no ofrecen la precisión necesaria.
Aunque la cámara integrada en su extremo muestra imágenes con nitidez, los pólipos ubicados en los pliegues intestinales se escapan a menudo a su objetivo. Guardiola aporta datos extraídos de la experiencia clínica: “Un 13 % del colon no se aprecia con este sistema, y un 22 % de los pólipos no se detectan. Son porcentajes altos, sobre todo si pensamos que estas pruebas se hacen a personas a las que ya se les ha detectado un riesgo previo”. ¿Y cómo funciona el dispositivo desarrollado por el proyecto MiWEndo?
Lo que digan los algoritmos
Es un cabezal que se acopla a cualquier aparato endoscópico normal y emite y recibe microondas. Cuando estas alcanzan un tejido, interactúan con él y emiten una señal que regresa a las antenas del endoscopio. Después, un algoritmo informático convierte la información recibida en una imagen que desvela si hay lesiones en el tramo final del aparato digestivo. La clave del proceso reside en una cualidad de las microondas: son muy sensibles a las propiedades eléctricas de los tejidos, que resultan distintas en los sanos y los enfermos. En los tumores hay muchos más capilares y, por tanto, más agua, y eso se refleja en la señal que devuelven al ser alcanzados por las microondas y en la imagen generada por el dispositivo.
Las primeras pruebas realizadas con muestras de colon extraídas de pacientes han incrementado la sensibilidad de las colonoscopias del 70 % al 94 %, un resultado que matiza la investigadora: “Hay que tener en cuenta que las condiciones de un tejido que se encuentra fuera del cuerpo son muy distintas de las que se dan en el interior del intestino”.
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