martes, 20 de febrero de 2018

La Misteriosa Máquina que va a Cambiar el Mundo.

Así es el ordenador más rápido del mundo, mil veces más veloz que su predecesor
La empresa canadiense D-Wave presenta su nuevo ordenador cuántico, el D-Wave 2000Q, que tiene 2.000 qubits para procesar información.

La mayoría de ordenadores cuánticos todavía están en fase de desarrollo, pero estas máquinas, que serán capaces de realizar cálculos todavía impensables, están cada vez más cerca de convertirse en una realidad. D-Wave Systems, la empresa canadiense que trabaja con Google y la NASA, es uno de los nombres más conocidos en computación cuántica en el ámbito privado y la única que vende estos complejos aparatos.

La anterior versión de su máquina, la D-Wave 2X, funcionaba a 1.000 qubits (las unidades información cuántica que maneja) y era capaz de realizar operaciones cien millones de veces más rápido que los ordenadores habituales. Pero su sucesora, que los canadienses acaban de presentar, la supera con creces: el nuevo ordenador cuántico de la firma, bautizado como D-Wave 2000Q, puede presumir de tener el doble de qubits.

Todavía no se conoce el precio del equipo, mil veces más rápido que su predecesor. Sin embargo, se estima que está valorado en unos 15 millones de dólares (cerca de 14 millones de euros), una desorbitada cifra que se acerca a lo que ha tenido que pagar la empresa Temporal Defense Systems que lo utilizará para detectar ciberamenazas.

Otras instituciones, como el Laboratorio Nacional de los Álamos, los propios Google y la NASA, así como la empresa tecnológica Lockheed Martin, ya utilizan el anterior modelo de D-Wave. Según ha explicado Jeremy Hilton, vicepresidente de sistemas de la compañía canadiense, un procesador más grande, como el del nuevo ordenador, aumenta la capacidad de cálculo y "podría acelerar aplicaciones como el machine learning, la ingeniería y la validación de software".

Sin embargo, todavía queda mucho camino que recorrer para dar con la fórmula de un ordenador cuántico verdaderamente eficiente. El hardware que requieren es muy distinto al de los equipos actuales y necesitan unas condiciones especiales para funcionar, ya que resulta complicado predecir y controlar el comportamiento de los qubits, el equivalente a los bits de los ordenadores corrientes. Para operar correctamente, las entrañas del D-Wave 2000Q deben mantenerse a temperaturas que rondan el cero absoluto (−273,15 grados centígrados).

El máximo responsable de la compañía, Vern Brownell, ha asegurado que uno de los objetivos a largo plazo es que la potencia de las máquinas de D-Wave sea accesible para todo el mundo a través de la nube. Es la misma estrategia adoptada por IBM, el principal competidor de la empresa canadiense en este sector, que ya tiene disponible un procesador cuántico de cinco qubits para que cualquiera pueda experimentar y modelar con él a través de internet.

No obstante, el funcionamiento de los aparatos de ambos gigantes es diferente. Mientras que los de IBM se basan en el modelo de puertas cuánticas (la aproximación más clásica), los de D-Wave utilizan algoritmos de templado cuántico, especialmente indicados para resolver problemas de optimización. Por eso, aunque la diferencia de qubits parece abismal, la carrera está más igualada: está por ver cuál de las dos tecnologías se impone.

Por otra parte, y aunque acaban de estrenar su nuevo retoño, los canadienses siguen trabajando para mejorar sus máquinas. Quieren cumplir sus planes de incrementar la velocidad de sus ordenadores con más qubits cada dos años, el mismo ritmo al que trabaja Intel para avanzar en el desarrollo de sus chips.


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