Como todos los niños, cuando Pooja Ganatra llegó al mundo era una pequeña juguetona, inquieta y feliz.
Sin embargo, existía algo que la hacía resaltar entre la gente de su natal Bombay, en la India, y es que sus ojos verdes, piel clara y cabello rojo la convertían en alguien realmente diferente.
Debido a su aspecto, Pooja sufría del acoso de sus compañeros en la escuela, la hacían llorar todos los días. Se sentía diferente y no se atrevía a jugar con los demás niños. Era discriminada por todos lados, ya que es muy raro en ese país ver a alguien con estas características.
La extrañeza de su apariencia hacía que las personas en su propia ciudad la detuvieran por la calle y le pidieran fotografiarse con ellos, Pooja se sentía una extranjera en su Tierra. La gente se sorprendía al descubrir que hablaba hindi (el idioma local) e incluso trataban de cobrarle precios para extranjeros suponiendo que se trataba de una viajera.
Conforme pasó el tiempo su situación fue empeorando, cada día la tristeza se acrecentaba en su interior, su autoestima estaba por los suelos y no lograba ver su propia belleza. Los chicos no querían ni hablar con ella, la veían como un monstruo.
No tenía amigos en la escuela, a cualquier lado que iba me apuntaban y se burlaban de mi. Era un infierno ir a la escuela o salir a la calle… ¿Por qué no podía ser igual a los de mi país?
Sin embargo, un día todo cambió y juntó el coraje para lograr aceptarse a sí misma no importándole las opiniones de otras personas, decidió dejar su país para recorrer el mundo.
“Poco a poco comencé a ver que era un regalo el no ser como los demás. Nadie se podía olvidar de mí”, escribe Pooja en la página de Facebook “Humans of Bombay , y continúa:
Estoy muy orgullosa, me siento bien conmigo misma y no permito que nadie me hunda. Me quiero y me enfrento con una enorme sonrisa a los que se quedan mirándome. No me preocupo de las opiniones de la gente por mi aspecto. Estoy llena de amor para mí misma, así que no tengo tiempo para ellos”
Son nuestras particularidades las que nos diferencian de los demás, y es este abanico de personalidades y apariencias las que enriquecen tanto nuestro mundo. Aprendamos a aceptar a los demás y nuestras diferencias; pero aún más importante, aprendamos a aceptarnos a nosotros mismos y a amarnos sin condiciones.
Les compartí mi historia para que luchemos todos juntos contra la discriminación y el bullying. Por favor, recuerda no hacer caso a las críticas, la gente ahora se ocupa más de la vida ajena que de su propia vida.
Fuente:www.com
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