viernes, 3 de noviembre de 2017

Por más difícil que sea un niño, nunca dejes de hablarle bonito. La razón es muy simple

Todo niño es una bendición en la familia. Los niños son pequeñas criaturas llenas de amor e inocencia que crecen a nuestro lado en base a nuestro ejemplo y las palabras que nosotros mismos les enseñemos. De ahí la importancia de dar la educación adecuada, basada en el respeto y el cariño. Ten en cuenta, que los niños se quedan con lo que los adultos hacemos, y luego repetirán nuestros actos

Lo cierto es que, educar no es una tarea sencilla. Habrá momentos en que los niños nos hagan perder la paciencia, y puede llegar a ser realmente agotador y dificil disciplinarnos. Pero es nuestro deber saber controlar nuestras emociones, y nunca recurrir a la violencia física o psicológica.
No son objetos que puedan ser moldeados de la noche a la mañana ni de animales que es necesario amaestrar, sino de pequeños seres humanos tan complejos como cualquier otro, no podemos lograr cambios inmediatos en su comportamiento. Es importante no dejar de hablarles bonitoa nuestros hijos, sino, por el contrario, obtendremos una situación peor.

Su propia edad les impide tener capacidad de autocontrol y entender bien sus emociones. Muchas veces no es que quieran portarse mal, sino que no logran entender lo que sienten o son incapaces de resolver algún conflicto y terminan soltando esa frustración con rabietas.

Es necesario que sepamos educarlos adecuadamente, premiar su buen comportamiento y castigar el malo, pero una palmada o bofetada no son la mejor alternativa. Unas palabras de amor y comprensión se les grabarán más profundo que cualquier otro gesto. 

En el caso de que haya hecho algo que no está bien, explícale por qué es incorrecto y las consecuencias negativas que conlleva, y por el contrario, si hace algo bien, hazle saber lo orgullosos que os sentís de él y lo buen niño que es.

No te canses de hablar bonito a tus niños. Demuéstrales lo mucho que les quieres y diles lo importantes que son en tu vida y en la del resto de la familia. Hazles sentir queridos y demuéstrales que es verdad.
Recuerda no recurrir nunca a los golpes para hacerles entender algo. Las palabras llegan mucho antes al corazón  de tus pequeños y se quedarán gravadas en ellos para siempre. No dejes nunca de hablarles bonito.


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