George y Farra Rosko, padres de Talia, la llevaron a su revisión de rutina con el médico cuando cumplió dos meses, sin embargo, ese día se convirtió en el inicio de una época de incertidumbre luego de que la pequeña fuera diagnosticada con una enfermedad rara en el hígado. Los especialistas fueron contundentes y advirtieron a la pareja que, de no encontrar un donador pronto, su hija no sobreviviría más allá de los dos años.
Los trámites comenzaron a hacerse pero, como siempre, la búsqueda de un órgano compatible puede llevar demasiado tiempo, algo que Talia parecía no tener. Tras siete meses de enfocarse en el cuidado de su niña, los Rosko decidieron contratar a una niñera que los ayudara con sus tres hijos y fue así como llegó a sus vidas Kiersten Miles de 22 años, quien les cambió todo.
La joven sintió un apego casi inmediato con Talia y, tras estar con la familia tres semanas, habló con ellos para pedirles que la tomaran en cuenta en la prueba de compatibilidad. “Le dije a Kiersten que esto no era como donar sangre, que debía hablar con sus padres al respecto y hacer investigación”, contó Farra al sitio de noticias Pix 11.
Con gran valentía, Kiersten decidió ayudar a la pequeñita y, como si el destino las hubiera unido, resultó ser compatible con ella. Luego de seis meses de papeleo y pruebas, ambas entraron al quirófano con la esperanza de que fuera el principio de un final feliz… ¡y así fue!
Ahora, con dos años de edad, Talia muestra grandes mejoras, según ha contado su madre en Facebook, en donde compartió algunas fotos de los días en que, tanto su hija, como su niñera, permanecieron en el hospital. Para la familia, contar por lo que pasaron no sólo es para agradecer a la joven que los ayudó, sino para hacer consciente al mundo de lo importante que es seguir fomentando la donación de órganos.
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