lunes, 11 de diciembre de 2017

¿Por qué un enfermo tiene que pagar para ver la televisión y los presos no?

La pregunta está en la calle y la respuesta en la Ley Orgánica General Penitenciaria desarrollada por el Reglamento Penitenciario. La ciudadanía lo llama privilegio y la normativa vigente, derecho.

El caso es que un enfermo que esté ingresado en un hospital tiene que pagar si quiere ver la televisión y además no puede llevarse uno de su casa a la habitación.

Así, por citar un ejemplo, en el Virgen del Rocío de Sevilla una hora cuesta 1 euro; todo el día, 7 (en 1991 costaba 500 pesetas); 14, si son tres días; y 29 euros una semana. Además, alquilar una película vale 3 euros.

Ahora están instalando nuevos modelos con esas tarifas que ya estaban vigentes, (no se sabe lo que han ido subiendo) desde que se implantó el servicio de televisión hace años y al hospital no solo no le cuesta dinero sino que ingresa cada año por el canon de concesión 33.880 euros.

Tampoco tendrá que preocuparse del mantenimiento pues a lo largo de los diez años que dura la concesión la emperesa concesionaria deberá emplear un millón de euros en renovación tecnológica.

Los presos la ven gratis porque ellos sí pueden tener un televisor en su celda, si se lo compran o s elo regala alguien, y disfrutarlo en la sala de ocio común sin necesidad de tener que echar moneda alguna, confirman fuentes de los sindicatos Csi-f y Acaip.

Es más, este último agrega que en las nuevas cárceles que se están construyendo se están poniendo plasmas en las celdas y que la ley recoge esta posibilidad como un derecho, como otros tantos que tienen.

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