Esta es la historia de la hermana María Francisca, una monja chilena que ocultó por cinco años el infierno que vivió: fue violada, quedó embarazada y ‘su comunidad’ le dio la espalda.
La hermana María dio a conocer su cruda historia en el noticiero central 24 Horas de TVN, este lunes, en donde reveló haber sido atacada sexualmente dentro del claustro al que pertenecía y que fue presionada para ocultarlo y culpabilizarse de lo ocurrido.
Los hechos
La historia comienza en 2002, cuando la hermana Francisca decidió ingresar a la orden Clarisas Capuchinas. Luego de seis años se ordenó de religiosa, cumpliendo con sus votos de pobreza, obediencia y castidad. Todo continuó normal hasta 2012, cuando sufrió el violento evento que cambió su vida para siempre y la visión que tenía del ‘mundo’ al que profesaba devoción…
Un grupo de trabajadores que reparaba el convento quedó a cargo de la monja por orden de la madre superiora que les dio el permiso para que se quedaran a dormir en el lugar.
…Una noche, Hernán Ríos, uno de los obreros, se aprovechó de que Francisca se encontraba enferma para ingresar a su habitación y violarla. Tras el horrible hecho, la monja prefirió guardar silencio: “Por miedo, por vergüenza, porque hay una vergüenza que lo invade y que no deja a uno expresarse”.
Pese al infierno que significó este hecho en su vida, no era el fin de sus tormentos:
Tres meses después, la religiosa se enteró que la violación se había transformado en embarazo y en vez de recibir el apoyo de su comunidad, sufrió de juicios y discriminación:
“Me dijeron que yo era la culpable, más encima me calumniaron de robo, que yo lo hice a propósito. Mis hermanas fueron muy crueles conmigo”.
Tras esta revelación, la orden de las Clarisas Capuchinas le exigió a Francisca que firmara su salida del convento y de la Iglesia Católica, a lo que ella se negó.
Francisca desesperada e incomprendida, escapó del convento en busca de apoyo :
Las circunstancias y el dolor que llevaba dentro derivaron en que diera en adopción a su hijo,
“He tenido que callarlo, disimular que todo está bien. He tenido que ocultar cosas”.
Tras tanto sufrimiento, se llenó de valor y denunció a su agresor, quien el 2015 fue condenado por el delito de violación.
Tras cinco años de silencio y sufrimiento, la hermana Francisca tuvo el valor de contar por primera vez el infiern que vivió y hoy está en pleno proceso de demanda civil en contra del Arzobispado de Santiago y el claustro donde ocurrió todo, para así recibir el perdón que tanto busca por parte de la Iglesia en la que aún cree, peor que la traicionó
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