No aguantó que el hombre que abusó de su hija hasta los 8 años estuviera en libertad y cerca de ella.
Durante su infancia, Julia Maynor sufrió el constante abuso de su abuelo adoptivo. Ella no entendía lo que pasaba y solo a los ocho años decidió contar lo que sucedía. Cuando habló, su familia inició acciones legales que terminaron con una confesión del agresor. Sin embargo, la familia de Julia cree que la justicia no fue suficientemente dura.
“ERA MUY JOVEN Y NO RECUERDO CUÁNDO COMENZÓ. CUANDO FINALMENTE LE CONTÉ A ALGUIEN TENÍA 8 AÑOS”.
-JULIA MAYNOR, CITADA EN EL THE INDEPENDENT-
El caso se hizo conocido en Alabama, aunque los papás de Julia solicitaron que ella mantuviera su anonimato para ahorrarle los problemas sociales que este tipo de situaciones provoca.
La justicia decretó una sentencia de apenas cinco años para el hombre, Raymond Earl Brooks, de la que cumplió solo 27 meses antes de pagar para poder tener un arresto en su hogar, quedando registrado como un agresor sexual.
La renovada libertad del atacante reactivó en su víctima las huellas que el abuso dejó en ella. Julia, quien tiene 24 años y es madre de tres niños, tiene estrés post-traumático tras las reiteradas violaciones que sufrió.
Su padre, Jay Maynor, no podía soportar la idea de que el agresor de su hija esté libre y en un lugar cercano a Julia. Por eso tras una discusión con ella decidió ir al hogar de Raymond, de 59 años, y dispararle.
El 2002 Jay se declaró culpable del hecho y aceptó una sentencia de 40 años de prisión para así evitar que el juicio avanzara y la identidad de Julia fuese revelada a los medios de comunicación, consigna The Independent.
“EN PARTE ÉL ACEPTÓ EL JUICIO PARA QUE YO NO TUVIESE QUE REVIVIR EL ABUSO Y ESTAR EN EL PODIO FRENTE A UN MONTÓN DE PERSONAS HABLANDO Y REVIVIENDO LOS EPISODIOS DEL ABUSO”.
Recientemente el caso salió a la luz por una petición online que pide la liberación de Jay Maynor y que está alojada en el sitio Change.
Julia decidió salir del anonimato e incluso ha dado entrevistas a medios de comunicación detallando que ella apoya a su padre y la decisión que tomó al matar a su agresor sexual.
“POR PRIMERA VEZ EN MI VIDA NO SIENTO MIEDO (…) MI PAPÁ ESTÁ PROTEGIÉNDOME, COMO UN PADRE HACE. ES UN PAPÁ INCREÍBLE, REALMENTE EL MEJOR. NOS AMA MUCHO”.
¿Qué opinas? Este tipo de casos ponen nuevamente en el tapete el debate sobre la “justicia” ciudadana y sobre el funcionamiento de los tribunales de justicia.
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