Una de las tareas de la Iglesia, al menos así lo dicen, es la protección de quienes más lo necesitan. Y seamos sinceros, sí hay muchas obras de caridad que alimentan y cobijan a personas sin hogar o a niños con hambre. Y claro, no podemos esperar que la Iglesia rescate a todos y salve al mundo.
Pero aun así, esta imagen no deja de resultar desgarradora y un tanto irónica. Un grupo de monjas que pasan frente a un grupo de niños sin hogar y solamente pasan.
Es cierto que no tenemos el contexto, sólo sabemos que sucedió en Manila, en las Filipinas. Pero esto no evitó un revuelo en las redes sociales donde se ataca a las monjas y a la sociedad en general. A pesar de que es inevitable hacerlo, no podemos ser tan rápidos en juzgar, no sin tener la historia completa. Aunque sí se hace evidente un problema y es la pobre protección infantil que hay en las Filipinas.
Tal vez sea muy fácil lanzar culpas, tal vez sea muy fácil juzgar y condenar a las personas. Pero también pensemos en lo que hubiéramos hecho nosotros y si en este momento, sabiendo el problema, estaríamos dispuestos a ayudar.
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