La fuerza de la naturaleza es tan devastadora como impredecible, pero gracias a la proliferación de cámaras móviles y sistemas de vídeo, hoy podemos ser testigos de su increíble fiereza.
Durante una tormenta de verano en la playa de Daytona, Florida, EE.UU., un rayo cayó desde el cielo hasta las olas de la costa. La descarga fue tan intensa que el aire ardió durante un segundo tras la descarga. Afortunadamente no había nadie bañándose en ese momento ya que, de haber sido así, habría muerto electrocutado.
Cuando los cielos acumulan más electricidad estática de la que pueden soportar y se produce una variación de temperatura, la energía cae en forma de rayo hasta el suelo, con una potencia que varía entre 15 y 200 millones de voltios.
Se estima que la electricidad de un rayo recorre una distancia media de unos 1500 metros, aunque el más extenso que se ha registrado nunca se produjo en Texas y alcanzó los 190 km de longitud.
Según los registros meteorológicos, en nuestro planeta se producen 16 millones de tormentas al año con rayos, aunque solo el 60% vienen acompañados de truenos y relámpagos.
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