No es raro que, en medio del estrés diario del trabajo, la escuela o hasta de la familia, todos hayamos pensado alguna vez en huir de la ciudad y escapar al bosque a tener una vida más simple y natural. Pues para Emma Orbach, de Gales, es una realidad. Ella decidió que abandonaría su antigua vida, dejaría todo atrás y se iría a vivir en la naturaleza.
Fue así que, en 1999, Emma compró una vieja cabaña de madera, paja y barro por 800 Euros y se instaló en el bosque. Hoy, ésta egresada de Oxford se alimenta de lo que produce en su propio huerto, sus gallinas y sus cabras. Usa madera para calentarse y agua de una fuente cercana; en cuanto al transporte, utiliza sus propios caballos. Prácticamente es una mujer independiente y autosustentable.
Foto: Daily Mail / Bruce Adams
Su única gasto real son los 63 Euros que cada mes debe pagar al ayuntamiento para poder vivir en medio del bosque, por lo que de vez en vez alberga clientes en su cabaña, una actividad que disfruta mucho. Emma no es para nada antisocial; no huyó de la gente, sino de las luces, el tráfico, la contaminación y los problemas diarios de la vida citadina.
Es así que, gracias a su nueva vida, ha encontrado en la naturaleza el gusto por lo simple, lo sencillo, la oscuridad y lo natural. Emma vive bajo el sol, las estrellas la acompañan por las noches.
Foto: Carlo Bevilacqua
Ella vive de la naturaleza de una manera sana y auto sustentable.
Foto: Timothy Allen/Barcrof Media.
La tierra proporciona lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada hombre, pero no la codicia de cada hombre.
Si realmente amas la naturaleza, encontrarás la belleza en todas partes.
Foto: Timothy Allen/Barcrof Media.
El espíritu humano necesita lugares en los que la naturaleza no ha sido modificada por el hombre, es muy diferente.
Mira profundamente en la naturaleza y entonces comprenderás todo mejor.
Albert Einstein.
Por último te dejamos esta foto para reflexionar.
Y tú, ¿serías capaz de dejar todo lo que conoces atrás y empezar una nueva vida tan natural y simple como esta?
Fuente: El mundo
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