“Bailar es uno de los actos más antiguos en la historia humana. Bailar ha sido desde una forma de comunicarnos con lo sacro hasta una manera de expresar nuestra sexualidad. Hoy bailar sigue siendo un ejercicio muy importante para nuestras sociedades, es una manera de expresarnos a través del cuerpo y de conectar también con otros danzantes.
Y lo sorprendente es que hasta un niño de ocho años puede danzar como todo un bailarín experto. Este niño, por ejemplo, disfruta el baile, lo siente, tiene dominio de las piruetas, improvisa, parece todo un profesional. Y, realmente, a veces solo se trata de dejarse llevar y sentir la melodía, como este niño cuando escucha a Bruno Mars.
Su cuerpo sabe la música lo llama.”
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