sábado, 9 de diciembre de 2017

Doctor jubilado de 91 años va todos los días al hospital, la razón conmueve a todo el mundo

La fotografía de un anciano en un hospital ha recibido muchísima atención en los últimos días. La imagen fue publicada en Twitter por la usuaria @VayaAspirina y muestra a Luis Schapira, de 91 años de edad.

Cada mañana, el medico jubilado ya hace 27 años, se levanta muy temprano para acudir al Hospital Fernandez, en Argentina.

“Cuando te preguntes qué es la vocación, acordarte de este médico jubilado que sigue viniendo ad honorem al hospital”, es el texto que acompaña a la publicación, puede verse a Luis con su bastón esperando el ascensor.
Con más de 5000 retuits y 16000 corazones, el post se ha convertido en un éxito inmediato, más aún conociendo la historia que la fotografía esconde.

A decir de el diario argentino La Nación, Luis Schapira está “enamorado” del hospital clínico y es por ello que continúa acudiendo cada día a estudiar y aprender, y a aportar conocimiento gracias a su gran experiencia.

“En el hospital hay una actividad que se llama ateneo, que es la presentación de uno, dos o tres casos más o menos difíciles; se organiza una reunión para ver qué opina cada uno con respecto al diagnóstico y al tratamiento”, comenta Schapira.
Si bien es hoy un talentoso doctor, no fue fácil para él lograrlo. Luis nació en el seno de una humilde familia de origen judío, vivían en una casa sin luz eléctrica ni agua en un pueblo de la provincia de Entre Ríos en Argentina.

Su madre, una ama de casa, y su padre, hombre de poco éxito en los negocios decidieron mudar a la familia a Buenos Aires, en donde Luis comenzó a vender flores artificiales. Su inclinación a la medicina no fue por otra cosa sino porque era la carrera más afín a lo que había estudiado en la secundaria.
Sin embargo, una vez dentro del mundo de la medicina, jamás dejó de disfrutarlo, hoy tanto como cuando comenzó sus estudios.

Durante los 65 años de su carrera médica pasó por un sin fin de hospitales; su camino le enseñó la importancia de ponerse en el papel del paciente y le motivó a dar todo de sí por solucionar sus problemas. El amor que siente por la medicina es innegable, es tal que asegura que continuará aprendiendo hasta que su cuerpo y su mente se lo permitan.

Luis se ha convertido en un ejemplo de vocación, de que el trabajo que se realiza con amor es siempre redituable y de la importancia de encontrar una carrera que nos apasione. Es muestra de que no hay nada que se iguale a disfrutar de lo que haces, más aún cuando de esa labor dependen la vida de otras personas.

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