El embarazo puede traer cierto nivel de incertidumbre. Con tantos síntomas inesperados, es fácil confundirse sobre lo que es normal y lo que no, pero al final del día, si tu organismo te dice que algo anda mal, la mejor opción es ir a un hospital. Éste es exactamente el mensaje que Ayla Heller trata de abordar.
Durante la semana 38 de su embarazo, Ayla notó que su bebé no se movía tanto como solía hacerlo. Ella estaba un poco preocupada al principio, pero cuando sintió un ligero movimiento más tarde, lo dejó ir, pensando que todo estaba bien. Durante la noche, se dio cuenta de que, aparte de ese movimiento tenue, su bebé no mostró ninguna otra actividad.
Luego, ella hizo lo primero que la mayoría de la gente haría en su situación: preguntar en Internet. Sin embargo, se sintió aún más confundida porque, aunque algunas personas sugirieron ir al hospital de inmediato, otras decían que su bebé simplemente se quedaba sin espacio para patear.
Ayla sabía en su corazón que algo no estaba bien, así que eligió la primera opción y fue al hospital donde los doctores descubrieron que las cosas no se veían bien. Se debía realizar una cesárea de emergencia porque su bebé no estaba recibiendo el oxígeno suficiente.
Afortunadamente, la cirugía salió bien y nació la pequeña Maddie. A pesar de que ella necesitó alguna intervención médica al principio, pronto se recuperó por completo.
Ayla dijo que quería compartir su historia con otros para hacerles saber lo importante que es escuchar siempre tus sentimientos. Ahora, sabía que su bebé no habría sobrevivido a la noche si hubiera elegido quedarse en casa.
Siempre es mejor estar seguro que arrepentido. Porque casi no lo hice. Casi espero hasta la mañana para ver si algo cambió. Y si lo hubiera hecho, no tendría a mi amor.
¡Qué lección tan valiosa para compartir! Cuando sientas que algo no está bien, es mejor verificarlo, especialmente cuando la alternativa podría tener consecuencias devastadoras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario