lunes, 11 de diciembre de 2017

Señales para detectar que estás siendo manipulado/a

¿Alguna vez te ha pasado que aunque tenías muchas ganas de hacer algo otra persona logró cambiar tu parecer como "por arte de magia"? ¿O que te sentiste culpable porque opinaste diferente a otro? Quizás te haya pasado algo así, o no. Pero en ambos casos, es importante que sepas que puedes estar frente a un comportamiento manipulador. 
Una persona con este tipo de comportamiento suele destacarse por buscar imponer a toda costa su propia visión del mundo, así como también su propia forma de sentir y de hacer las cosas. A propósito o sin darse cuenta conscientemente, alguien que actúa así busca controlar al otro para alcanzar sus propias metas, pudiendo llegar incluso a desestabilizarlo para ponerlo al servicio de sus necesidades personales. 

Esto puede darse en cualquier ámbito y relación: en una pareja, al interior de la familia, entre amigos, en el trabajo, etc. 

En general, una persona  con un comportamiento manipulador es tan seductor o persuasivo que puede incluso controlarnos sin que nos demos cuenta directamente. Por eso, en esta nota podrás conocer algunas señales para estar atento y aprender a reconocer si se nos presenta en la vida. 
1. No estás haciendo lo que quieres

Una de las cosas más cercanas a ti mismo que puedes reconocer para darte cuenta de que alguien está teniendo un comportamiento manipulador contigo, es frenar y registrar si es que estás sintiendo cierta incomodidad. Puede ser que estés haciendo algo o comportándote de cierta manera sin comprender por qué. Solo preguntándote si lo que estás haciendo es lo que realmente quieres ya estás dando un paso hacia tu propia determinación personal.

2. Sientes miedo, responsabilidad o culpa

Una de las primeras señales que puedes advertir para reconocer que alguien está teniendo un comportamiento manipulador es la propia sensación de miedo, culpa o responsabilidad al no actuar de acuerdo a lo que esa persona espera o desea; incluso a veces llegando a "traicionar" tus propios principios o convicciones, o hacer cosas que no querías. Esto es muy importante porque siempre tienes que defender tu derecho a pensar y sentir como tú mismo eres. 

3. Dudas de ti mismo

Si te sientes confuso y comienzas a dudar de lo que crees, piensas y quieres para ti, detente. Una persona con ese comportamiento puede mentir, omitir información o amoldar las circunstancias para que hagas lo que quiere. Incluso es común que te inciten a tomar decisiones apresuradas, tomándote por sorpresa, en situaciones inoportunas o dentro de su terreno de seguridad. Sea como sea, siempre confía en quién eres. 

4. Te sientes "desnudo/a" emocionalmente

Por lo general, una persona con ese comportamiento sabe reconocer fácilmente los puntos débiles de una persona y no dudará en apelar a ellos como una manera de lograr lo que se proponga. Por eso, si sientes que el otro está dando justo en tus aspectos íntimos o personales y tú eso no lo percibes como una manera de ayudarte, sino que te está dejando aún más vulnerable, puede que estés frente a alguien con el que debas replantearte si quieres seguir estando. 
Comportamientos que te ayudarán a detectar en el otro un comportamiento manipulador


No asume su responsabilidad. Suele culpabilizar a los demás. 
Va cambiando de opinión y forma de actuar de acuerdo a dónde está o en qué situación se encuentra.
Puede ser muy lógico, muy seductor o muy carismático. 
Se enfada si no los demás no responden de la manera que quisiera. 
Puede victimizarse. 
Sabe utilizar los principios morales de los demás para satisfacer sus necesidades.
Gusta de mostrar superioridad. 
Puede mentir o falsear las cosas. 
Es egocéntrico. 
No admite críticas.
No es empático.
Sus demandas son imperativas.
En una relación pueden ser celosos y/o controladores. 

¿Qué hacer? 

Lo más importante para hacer frente a estas situaciones es estar en conexión con nosotros mismos, desarrollar nuestra propia seguridad, delimitar lo que queremos y lo que no queremos que entre en nuestra vida, y actuar con determinación. Eso no implica perder ningún vínculo, sino, por el contrario, hacer crecer los que nos nutran y vengan desde el amor genuino, y aprender a separarnos de los que no. 

Si crees que te está costando poder reconocer o superar estas situaciones, pide ayuda a un profesional. Estas cosas pueden cambiarse y estás a tiempo de hacerlo. 

¡Todo es un aprendizaje!

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