Algunas personas tienen el privilegio de poder comer cantidades enormes de comida y seguir manteniendo una figura esbelta. Esto provoca gran envidia para aquellos que sufren el caso opuesto. Pero ¿cuál es la razón de que esto ocurra, por qué unos engordan y otros no, qué determina que alguien pueda abusar de la comida sin ganar peso?
La genética y el metabolismo
Se sabe que aproximadamente entre un 60% y 70% del metabolismo de nuestro cuerpo y de nuestro peso en general viene determinado por nuestros genes. Sin embargo, el resto del porcentaje no queda dejado al azar, sino que puede ser controlado con nuestra alimentación y el ejercicio físico.
Otro dato a tener en cuenta es que por causa de muchas hambrunas sufridas por la raza humana, el cuerpo ha evolucionado para lograr la máxima extracción de los alimentos y la reserva de los nutrientes. Sin embargo, podemos encontrar muchas personas hoy en día que comen mucho sin engordar ni almacenar ninguno de estos nutrientes.
Una paradoja ahora que la raza humana, o por lo menos que gran parte de la población objetiva de este análisis, no sufre de hambre es que lo que antes parecía una maldición (no poder conservar los nutrientes) hoy en día está considerado una bendición. Tal vez una bendición impulsada por la gula o la estética, pero una bendición en el plano social en fin.
Comer y no engordar
Un estudio realizado sobre el tema dice que gran parte del problema viene de que aquellos genes que provocan la acumulación de grasa no se han adaptado todavía a la nueva oferta de alimentación con la que contamos hoy en día, y de esta manera no han generado una respuesta para lograr un cambio para que esto no ocurra más.
Como ya dijimos, entre el 30% y 40% de nuestro peso depende de los alimentos que consumamos y del ejercicio que hagamos. La población mundial se ha vuelto más sedentaria y obesa por dos razones principales. Primero, cada vez consumimos comida con mayor cantidad de calorías y segundo cada vez realizamos menos actividad física.
Estos dos puntos, sumados a que la vida ha cambiado a una velocidad mayor que la velocidad de cambio de nuestros genes, decantan en la realidad en que los humanos cuenten con mucho menos masa muscular y mucha más grasa que hace varios siglos.
En definitiva lo que podemos decir es que claramente estos tres factores (genes, alimentación y actividad física) son los principales responsables del metabolismo diferente de cada persona. Mientras que algunos factores pesan más en unos que en otros, está claro que un cuerpo puede pasar de un extremo al otro.
Actividad física y mejor alimentación
De todas formas me gustaría dejar en claro que el punto aquí no es reafirmar la idea de separar a esbeltos y obesos, sino más bien concienciar a las personas de que lo importante no viene por aquí, sino por la educación en cuanto a actividad física y alimentación.
No importa cuál sea tu peso sino que tu cuerpo esté saludable. Cada uno de nosotros tiene una talla diferente con la que tenemos que sentirnos bien.
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