sábado, 2 de diciembre de 2017

Hay personas que no deberían madrugar nunca, según la ciencia

Por cuestiones biológicas hay personas que, por su cronotipo, no deberían madrugar. Esto es lo que dice de ti tu hora de levantarte.
A pesar de que hay personas con una facilidad increíble para, con las primeras horas de la mañana, ya haber desayunado, hecho tareas en la casa y organizado la agenda del día, lo normal, lo que nos ocurre a la mayoría de las personas, es que nos cueste un esfuerzo sublime salir de la cama con la salida del sol y ser productivos a tan recientes horas del día. Incluso es probable que sientas y compruebes que te sientes más concentrado por la noche. ¿Por qué ocurre esto?

Un estudio llevado a cabo por el Instituto de Investigación de biología Molecular y Biofísica de la Academia Rusa de Ciencias (Rusia) y publicado en la revista Personality and Individual Differences, examinó a 130 participantes que tuvieron que mantenerse despiertos durante 24 horas con objeto de comprobar su nivel de energía en este lapso de tiempo. Las conclusiones del estudio determinaron que existen personas que pueden permanecer durante todo el día con un bajo nivel de energía (identificados como 'aletargados') y otras que son capaces de seguir activos todo el día a pesar de la privación del sueño e independientemente del horario al que se hubieran levantado (identificados como 'enérgicos').

Para los aletargados, madrugar es una mala opción, puesto que teniendo en cuenta que su energía va acrecentándose conforme discurre el día con una interesante productividad por la tarde-noche, despertarse con las primeras luces del sol solo puede llevar a que el tiempo invertido no sea del todo eficaz. Esto se debe a que el ritmo circadiano de los 'aletargados' no está bien sincronizado con el ciclo natural de luz y oscuridad.

Las personas madrugadoras (enérgicas) tienen su mayor pico de actividad del día al mediodía -precisamente cuando más intensa es la luz del Sol-.
Las personas vespertinas (aletargadas) tienen su mayor pico de actividad hacia la noche al no estar sincronizados con este ciclo de luz.

Un estudio del Centro Nacional de Neurología y Psiquiatría de Tokio (Japón) encontró la clave en la genética. Así, el gen PER-3, uno de los genes de nuestro reloj biológico, es clave para marcar la propensión a despertarnos más tarde o más temprano, así como nuestro nivel de energía a lo largo del día.

Tener conocimiento de nuestro cronotipo y ajustarlo al ritmo circadiano natural, nos facilitará un mejor ritmo de trabajo y, por supuesto, un mejor estado de ánimo y de salud.

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