Es en verano cuando el peligro del fuego azota los montes de todo el mundo. Concretando un poco más, y poniendo el foco en España, todos estamos siendo testigos de la situación tan desoladora que Galicia está viviendo. Hasta siete grandes incendios siguen activos en la comunidad, representando un grave peligro para la población de los alrededores.
Tampoco hay que olvidar el difícil momento que está enfrentando Portugal, con más de 100 focos activos a lo largo de todo el país. Hasta el pasado jueves, el fuego ha causado ya cuatro muertes. Además de esto, uno de los incendios está muy próximo al centro de la ciudad de Madeira, habiendo calcinado ya más de un 50% de su superficie.
Lo peor de esta situación, es que recientes investigaciones afirman que en su mayoría han sido provocados, debido a los hallazgos de artefactos explosivos por parte de la policía, como ha sucedido en la localidad gallega de Arbo. Pero, ¿quién podría estar detrás de tal atrocidad? Los expertos coinciden al señalar el perfil de pirómano. Por lo general son hombres de 20 a 50 años, que suelen vivir cerca del lugar de los hechos, y casi siempre actúan de forma individual.
Su motivación no es otra que ver arder una amplia extensión de terreno, simplemente por el placer que eso les produce. Los sentimientos que siguen una vez provocado el incendio, suele ser de culpa, ya que la mayoría de las veces acaban por confesar y declararse como autores del delito.
Además de la actividad de los pirómanos, parte de los incendios son causados por individuos con intereses económicos.
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